Cuando las manecillas del reloj marcaban las ocho treinta de la noche del pasado sábado 3 de abril, centenares de fieles católicos reunidos en el atrio de la Iglesia de San Francisco de Asís, presenciaron la Celebración Litúrgica, Vigilia pascual en la que con máxima solemnidad se oficio y administro el bautismo a un pequeño grupo de creyentes de diferentes edades.
En medio de una total oscuridad se bendijo el cirio pascual, como símbolo de Cristo, “luz del Mundo” y en completo silencio se fueron encendiendo las velas de la multitud de personas que estaban presentes en la ceremonia.
Una vez encendidas todas las luces un diácono dio inicio al canto del Exultet, o pregón pascual, magnifico poema lirico que presenta el misterio pascual dentro de la historia de la salvación.
Entre canticos y lecturas sagradas, sacerdotes, religiosos y feligreses, vivieron una noche llena de olor sacrosanto, reluciente en su totalidad.
Los respectivos miembros de la iglesia dieron lectura consecutivamente a los siete relatos del Antiguo Testamento alusivos al plan salvífico de Dios, intercalados con salmos y oraciones que dirigió el párroco érico.
Posteriormente se hizo escuchar el himno "Gloria a Dios", mientras sonaban las campanas, y es así como se prosiguió a las lecturas del Nuevo Testamento que representan la resurrección del Señor.
Es así como se desarrollo la fiesta cristiana considerada las mas importante del año y calificada como la madre de todas las vigilias de acuerdo con el rito católico romano.
Finalmente el párroco Abraham Rodríguez Piz, concedió el sacramento del bautizo a cada uno de los nuevos cristianos y bendijo el agua de la pila bautismal para renovar las promesas bautismales, asperjándose el agua bendita y se canto al mismo tiempo las Letanías de los Santos.
Quienes recibieron llenos de fe las aguas bautismales y al espíritu santo eran procedentes de diferentes comunidades y de Tonalá. Los encargados de dirigir los canticos fue el grupo diócesis de Tapachula, el evento culmino a las 11:30 de la noche.
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